8/3/06

obviedades

Una vez escribí un cuento sobre un pajarito llamado Leo. Parece que yo había decidido que a Leo no le gustaba volar y andaba siempre en compañía de una lechuza muy amarga que lloraba la muerte de su tercer marido. Pero después algo pasaba y Leo salía en busca de aventuras y se tropezaba con la cabeza de una señorita muy bonita que se llamaba Emilia y pafate se enamoraba.
Típico.
Enamorarse de una cabeza.
Es tan típico que ni daba postearlo, realmente.

3 comentarios:

piscica dijo...

Aplausos. Este post es genial.

Anónimo dijo...

Yo tambien me enamoré de una cabeza. Suerte que ella vino acompañada de todo el resto...:)
Lindo cuento. Besos

Juan M Tavella dijo...

conozco pibes que se enamoran de un culo, mira lo que te digo.