13/12/11

Sí, quiero

un torrente de sangre bullendo,
como si de cantar se tratara,
como si un cielo atravesara la enmienda
y la cortara de cuajo,
goteante,
el cuerpo fortalecido.

3/8/11

Retornar

Yo era un extraterrestre
muy por fuera de esta tierra.

Arriba, en el aire puro
tejía alas de madera
con los árboles vencidos
que habían muerto en las guerras.
Yo cuidaba de esos árboles,
abrazaba sus cortezas,
restañaba sus heridas
acariciándoles las penas.

Yo era un extraterrestre
muy por fuera de esta tierra.

Pues miraba a las estrellas
y rogaba que sus nieblas
me llevaran a una selva
donde hubiera una caverna
donde el sol brillara encima
y un sabio allí dijera:
has llegado, amiga mía,
mi extraterrestre andariega.

La selva la hallé en sus ojos,
en su olor de luna llena
y con la tormenta esa noche
tejimos sus alas frescas.
El sol nos brillaba encima
de su danza andariega
y retornamos a la casa
donde las almas despiertan.

Yo era un extraterrestre
muy por fuera de esta tierra.

7/6/11

Carita

Ella, la de carita de tierra, me mira desde el marco de su gorrito rosa.
La carita sonríe. La carita.
Ella tiene a su mamá a la izquierda,
a su abuela en la frente,
y a mí que la observo desde un rincón del ómnibus.
Hay un run run de ruedas que avanzan por el asfalto
el frío que estalla en el vidrio de las ventanas
y dos ojos profundos como pozos
negros y ávidos de mundo.
Yo la observo y pienso:
qué lejos estoy de esos dos ojos
y qué cerca.
Mis antepasados conocieron otra negrura,
otros pozos. Tal vez.
Me siento detrás. Ella me busca con su carita sonriente.
Le guiño un ojo
y escucho a la madre
la regaña porque ella se ha movido.
Se va a caer.