17/3/07

aguamanil

Me alzas, silbador, por encima de las axilas. Mis pezones en agua tibia y blanda. Lavo mi mejilla con pureza de aceituna. El espejo es mi lado izquierdo. Bellamente perfumados, ambos trajes se duplican. Salamanqueo una segunda en la siguiente salpicadura.

Mucho oro en la penumbra. Los seres desprovistos de memoria saludan mis abrazos. Yo soy. Yo fui. Yo era. Y así caminamos por piedras vacías, gemidos de cobras, latidos de son.

Alzo las mangas del vestido largo. Ahora sí. Aguamanil. Luz despierta y mojada. Espejo breve, de agua helada.

Mira el mirador su hija de cuarzo.

No hay comentarios.: