Saltar la valla en aras de algo:
lidiar con la sirena por la cerradura.
-Pero no estás en la mira.
Sellan mi boca con nieve brutal.
Me desvisto en el atelier del pintor. Deshojan mis ataduras otoñales y una única hoja marrón envuelve mi cintura.
-Pero no estás en la mira.
Píntenme la piel de azul.
Si el torbellino de los sueños es rojo coloquen su diadema en mi mano.
-Pero no estás en la mira.
Como era de esperar,
siento la humedad en mis espinas.
Soy yo la que mira,
soy yo la sirena,
soy yo el azul
y la última palabra.
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